jueves, 30 de abril de 2015

¿qué vale más, un kilo de soja o un kilo de satélite?

En "el diario que hace crónicas comerciales"


El grupo Los Grobo ingresa al negocio de la tecnología satelital

por ANDRÉS SANGUINETTI



El grupo agropecuario Los Grobo, de la familia Grobocopatel, acaba de ingresar a un nuevo negocio: el desarrollo de tecnología satelital. Y lo hará junto al Invap, una sociedad estatal dedicada al diseño, integración y construcción de plantas, equipamientos y dispositivos para energía nuclear, tecnología espacial e industrial, y equipamiento médico y científico. Su único propietario y accionista es la provincia del Río Negro. De hecho, su sede se encuentra en la localidad de Bariloche. 
De la nueva sociedad, Los Grobo y el Invap participarán en un 50% cada uno. Y el objetivo de la empresa se orientará al desarrollo de tecnologías basadas en información satelital y de sensado remoto y para la posterior comercialización de sus resultados. 
El know how para este desarrollo será aportado por el Invap que, desde fines de la década del 90 ha incursionado en el sector aeroespacial, especialmente mediante el diseño, construcción y operación de satélites, como también de radares. Según se desprende de un informe presentado por esta sociedad estatal a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, estas tecnologías y productos serán usadas para la gestión ambiental productiva por parte del campo. La nueva empresa demandará una inversión de $ 11 millones para los próximos tres años.
“Los productos a desarrollar tendrán un alto impacto en la producción agropecuaria y sus resultados permitirán incrementar la productividad agrícola de un modo ambientalmente sostenible, a través de un manejo de los cultivos más ajustado a las características de cada ambiente en un mismo predio; mayor eficiencia en la aplicación de los productos y un control riguroso de los mismos”, agrega el documento. También buscará monitorear de forma online la producción mediante el seguimiento y control de los cultivos durante cada campaña. “Esto redundará en una gestión productiva más eficiente, posibilitando maximizar el rendimiento de su producción”, añade el trabajo. 
Como primer objetivo, la sociedad se planteó el desarrollo de un software capaz de adquirir imágenes e información de diferentes fuentes, procesarla para emitir nuevas imágenes mediante un proceso automatizado, y que permita proveer esta información vía web.
El dinero necesario para financiar los productos de la nueva sociedad provendrá de las arcas oficiales. Es que el Invap presentó un pedido al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva para financiar el desarrollo tecnológico de esta plataforma. “Posteriormente su puesta a punto permitirá el despliegue de estos servicios a nivel regional y eventual escala global”, añade el informe al que tuvo acceso El Cronista.





martes, 28 de abril de 2015

Retención de cosecha

"-Pero eso de operar en los mercados de futuros es pura especulación.
"-Mire, alumno Fernández, el que no vende a futuro está especulando conque el precio de venta del grano suba..."


El enfiteuta

La liquidación de divisas sigue en el nivel más bajo desde 2007
En lo que va del año se llevan liquidados u$s5.039 millones el nivel más bajo en los dos gobiernos de Cristina Kirchner. Eso a pesar de que las dos últimas cosechas de soja son récord y que en el presente ciclo agrícola a poco de concluir podrían superarse los 115 millones de toneladas de granos.

Según la Cámara de exportadores de granos y aceiteras Ciara-CEC la liquidación de divisas en las primeras 17 semanas de 2015 sumó 5.039 millones de dólares, se trata de el nivel más bajo en los dos años de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

La semana pasada la liquidación de divisas informada por los exportadores fue de 535 millones de dólares, un 40,5% menos que lo registrado en la misma semana del año pasado. Es que en abril se concentra el grueso de la exportación de soja por eso en esta etapa del año suele ser récord la recaudación por derechos de exportación.

Sin embargo, 2015 parece signado por la demora en el ingreso de dólares aún cuando en la campaña pasada se alcanzó un récord de producción de soja con 55 millones de toneladas, y se espera superar ese volumen en la presente campaña con no menos de 59 millones por una alta productividad en la región centro.

Incluso los datos difundidos por el Ministerio de Agricultura sobre estimaciones agrícolas permiten suponer que la producción total de granos en el último año de gobierno de CFK alcanzaría el récord histórico de cosechas con 115 millones de toneladas o tal vez un poco más. Esa explosión productiva contrasta con la escasa liquidación de divisas que se viene informando desde la Cámara de exportadores.

Por ahora la falta de dólares para que la economía no se frene en materia de importación de insumos y reservas internacionales se cubrió la semana pasada con la emisión de deuda. Así el BCRA alcanzó el jueves pasado los 32.675 millones de dólares de reservas, gracias a la emisión de los Bonar 2014, un nivel que no se veía desde noviembre de 2013.


Of course you realize
this means war





domingo, 26 de abril de 2015

El mundo according to Monsanto


FAA SOBRE MONSANTO: Preservar la soberanía sobre las semillas y evitar mayores transferencias a compañías multinacionales



Es responsabilidad del Estado Nacional resolver a favor de los agricultores argentinos o de las compañías transnacionales.

Durante los últimos años, la multinacional Monsanto ha realizado intentos de avanzar sobre los recursos y soberanía de los países, patentando la biodiversidad, entablando demandas o promoviendo la modificación de legislación vigente que ampara los derechos de los agricultores al uso propio de las semillas. El patentamiento de la biodiversidad y los riesgos que ello implica, es materia de intensos debates en ámbitos académicos y a nivel de las organizaciones sociales que resistimos este avance.
El cultivo de soja modificada genéticamente fue aprobado por nuestro país en el año 1996. En los años subsiguientes el cultivo se expandió y Monsanto intentó cobrar regalías por el “derecho intelectual” sobre las  semillas producidas por los agricultores argentinos. Desde Federación Agraria Argentina -y el gobierno nacional de entonces- nos opusimos el pago y en 2006, Monsanto -pretendiendo el cobro de un porcentaje de las exportaciones nacionales-, intentó en Europa frenar judicialmente varios buques que transportaban harina de soja producida en nuestro país, alegando que Argentina les debía regalías por sus supuestas patentes, pero la justicia europea falló en contra de la multinacional.
A pesar de los intentos de la multinacional para modificar la legislación vigente según su conveniencia, amparados por la Ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas Nro. 20.247, los agricultores hemos ejercido el derecho al uso propio de semillas: podemos reservar y sembrar semillas para nuestro propio uso, o usar y vender como materia prima o alimento. Hoy, fracasada esta resiente estrategia de Monsanto, utilizando un acuerdo con las empresas exportadoras de granos que operan en el país, pretende cobrar no solo por la semilla que adquiere el agricultor, sino un monto fijo por cada tonelada de granos de soja comercializado y sus derivados, en concepto de “regalías” por supuestas patentes que operarían sobre seres vivos, tal como son las plantas de la oleaginosa.
Esta “obligación” impuesta a los agricultores desde un sector privado multinacional -los exportadores de granos y Monsanto, significa una acción monopólica de quien -abusando de la posición dominante propia y de las empresas con las que se sirve para la exacción-sojuzga con condiciones de comercialización a un país soberano. Conlleva también, una nueva carga a los agricultores -quienes debido a la modalidad impuesta, sin saberlo y sin quererlo-, consienten que Monsanto se apropie de una parte sustancial de su cosecha con el pretexto de cobrarse una supuesta regalía que debió resolverse en la relación cliente-proveedor que tiene la compañía con los semilleros que incorporan su tecnología a las semillas que año a año liberan al mercado argentino y que los productores pagan en cada campaña.
A partir de los resientes acuerdos celebrados entre Monsanto y las compañías exportadoras –que aplicarían a partir del 1ro de Abril y que permitirá el control por parte de Monsanto de cada grano que pretenda exportase desde nuestro país-,  todo el sistema de cultivo y comercialización de soja será regulado por Monsanto, determinando no solo quiénes pueden multiplicar, sino también sembrar, reservar, acopiar, comercializar y exportar los granos, imponiendo condiciones leoninas, cobrando sobre el volumen producido y controlando a todos los actores de la cadena productiva y de comercialización.
La pretensión de Monsanto, no solo implica el cobro de regalías por la tecnología aplicada en la semilla, sino por la totalidad del volumen producido y comercializado por cada agricultor: una fabulosa apropiación indebida del aporte realizado por los productores mediante saberes y labores culturales transmitidas entre generaciones de agricultores -vinculadas a la selección de semillas, reproducción y reserva, rotación y preservación de los suelos de la unidad productiva-, así como de la inversión realizada en infraestructura y maquinaria adecuada para ello, por cada agricultor. 
No estamos dispuestos a convertirnos en “la mano de obra barata y tercerizada” de multinacional alguna, ni a que patenten nuestros saberes, nuestro oficio de agricultores, nuestros suelos, ni la soberanía productiva y comercial de nuestro país.
Solicitamos al Estado nacional que, como en el año 2006, adopte medidas que prioricen la soberanía argentina y los derechos de los agricultores reconocidos en la legislación vigente:
- que regule las cláusulas de los contratos y convenios con los que pretende avanzar Monsanto;
- que intervenga ante el abuso de la posición dominante por parte de Monsanto y de las empresas con las que sirve;
- que profundice el fortalecimiento del Instituto Nacional de Semillas (INASE) -que desde hace su restablecimiento en 2004 aún no ha constituido su Directorio-;
- que el INASE controle debidamente el comercio ilegal de semillas y la estrategia de distribución de los materiales biotecnológicos por parte de sus obtentores, para que se realice de manera responsable, evitando contaminaciones y difusiones masivas especulativas.
Ninguna excusa es válida al momento de detener el atropello a la soberanía productiva y comercial de un pueblo, de un país o de sus productores. Ninguna excusa será suficiente cuando hayan avanzado hacia patentar nuestra biodiversidad o los alimentos que producimos los agricultores, los campesinos e indígenas, incluso nuestros saberes históricos.  
El 14 de diciembre de 2004 la Federación Agraria Argentina advertía:
 “Lo que está en juego:
Lo que está en juego es un avance más en el aumento de costos para el pequeño y mediano productor, la pérdida de derechos y soberanía tecnológica y la consolidación de una agricultura concentrada, de gran escala y bajo costos que solamente los grandes pueden afrontar, consolidando una agricultura que expulsa al pequeño productor. Esto, sumado a un aumento sobre la base de reglas de mercado como único factor ordenador siguen marcando un camino de agricultura sin agricultores que pone en riesgo a los pueblos del interior y a la integración nacional.”
Hoy, el 27 de marzo de 2015, lamentablemente, mantiene su vigencia frente al riesgo inminente, el 1 de abril de 2015, de entrada en vigencia los contratos impuestos por Monsanto y las agroexportadoras.



Comunicado de la mesa de enlace

La pretensión de MONSANTO de fiscalizar toda la producción de soja en la Argentina, y de obligar a retener compulsivamente un canon en su beneficio, constituye un sistema contrario al régimen legal argentino.
No estamos de acuerdo que una empresa privada como MONSANTO se crea con potestad de fiscalización que es propia del Estado.
Instamos a los productores a que no suscriban compromisos ajenos a los usos y costumbres que rigen el comercio de granos, y que tengan presente que ni los exportadores ni los demás actores de la cadena tienen derecho a tomar muestras, informar a un tercero y/o realizar retenciones en forma compulsiva, vulnerando así el artículo 83 de la ley de patentes 24481, el derecho de autodeterminación informativa y el Inc. 2 del artículo 173 del Código Penal, respectivamente.
Solicitamos a las empresas exportadoras y demás actores de la cadena comercial, se abstengan de aplicar la metodología pretendida por MONSANTO.
Exigimos a las autoridades nacionales de manera urgente a tomar cartas en el asunto, y evitar que MONSANTO o cualquier empresa privada, imponga un régimen, inaplicable, arbitrario e inconstitucional.
Como entidades del agro, alentamos la incorporación de tecnologías que puedan ser aplicadas a la producción pero no aceptamos un sistema que avasalle derechos de los productores y que someta a las demás empresas de la cadena, a la inseguridad jurídica que el mismo conlleva.




miércoles, 22 de abril de 2015

Entrevista radial en Misiones (audio)

Entrevista en Radio Universidad de Posadas sobre concentración económica, sojización en el agro pampeano, políticas públicas agrarias. Me la realizó la periodista Marina Casales. Se adapta uno al bajo volumen.







martes, 21 de abril de 2015

Nota en Misiones

En Primera Edición de Misiones, suplemento Eco&Agro

“No hay líneas claras en pos de revertir la concentración”

Diego Ariel Fernández. Es docente, doctor en Economía e investigador. Brindó un seminario en Posadas y compartió conceptos con Eco&Agro sobre la agricultura en todo el país.

Diego A. Fernández
Docente, investigador
¿Cuánto representa el sector agropecuario para la economía y el desarrollo del país?
Para algunas regiones, y un número significativo de localidades, la actividad agropecuaria es un motor muy importante, quizá lo principal y lo que estructura su vida económica. Sin embargo, por tomar un indicador social que me parece muy importante, a nivel nacional el agro está muy abajo en lo que es la creación de empleo (y más todavía empleo de buenas condiciones laborales). Lo que sí ocurre es que dado el pobre desarrollo de otras actividades, en las que se manifiesta de forma palmaria la dependencia de la economía respecto de los Estados que dominan la economía internacional, el “campo” aparece como la principal vía de ingresos por exportaciones (las actividades industriales requieren una enorme proporción de importaciones; vaya como ejemplo de esto el nuevo automóvil que Honda producirá en Campana, según se anunció esta semana: pese a que tiene un mayor componente nacional que el modelo anterior, el 80% de su valor son importaciones). En esto acaba radicando la principal importancia del sector. Siempre hablando, por supuesto, de la economía argentina tal como está pensada y funcionando al día de hoy.  

¿Cómo se viene transformando el sector y cuánto tiene que ver la producción de alimentos?
Se afirma que en los últimos años -y esto es verdad- el sector no aumenta su producción de forma muy importante. Sin embargo, lo cierto es que esta estabilidad ocurre en volúmenes muy elevados, con cosechas en torno a la mítica marca de las 100 millones de toneladas, cantidad inimaginable en el pasado (que incluso habilita dudas: ¿sería deseable incrementar todavía más los sembradíos de soja?). A esto se ha llegado merced a notables cambios tecnológicos (multiplicación en la cantidad de químicos que se utilizan, enorme disminución de los tiempos de trabajo al difundirse la siembra directa, semillas genéticamente modificadas) y a precios internacionales de los granos que permitieron el cultivo con ganancias (y grandes rentas) en vastas regiones en las que antes la ecuación costo/beneficio no cerraba. Esta relación con los mercados exteriores hace que la producción de alimentos (para el ser humano) no sea lo fundamental: el destino fundamental de la soja y sus derivados es la alimentación animal. 

¿Cómo es el escenario de la concentración de la producción, es positivo o negativo?
En mi opinión, es totalmente negativo. La gran empresa (los pooles de siembra, por poner un ejemplo, pero hay otros) desplaza a miles de productores de tipo “chacarero”, dejando como resultado una trama social muy deteriorada: el famoso “desierto verde”. La Argentina es uno de los países más despoblados del planeta dado su territorio, y paradójicamente aglutina a su población en una mega ciudad. Debiéramos estar distribuyendo población en pueblos y ciudades intermedias, pero esta tendencia va en sentido inverso: cada nueva empresa de 20.000 hectáreas haciendo monocultivo de soja podrían ser 200 chacras mixtas. Los pueblos existentes debilitan su vida económica (aspecto atenuado en estos tiempos de altos precios), dado que la gran empresa se aprovisiona pactando directamente con las firmas insumeras en las capitales provinciales, aportando poco en las localidades agrarias. Finalmente, el asunto es lamentable también creo yo desde lo social y político, dado que desaparece un sector (los chacareros) que -con sus propias reivindicaciones, claro- ha participado en numerosos conflictos contra agentes muy poderosos cuyos intereses están asimismo en conflicto con los de más vastos sectores populares (bancos, las empresas exportadoras de granos, grandes terratenientes, el propio Estado).

En las políticas públicas sobre el sector agropecuario, ¿cuáles son las fortalezas y dónde falta fortalecer el trabajo estatal?
Aquí no quisiera cometer injusticias opinando, en el sentido de que puedo desconocer algunas políticas puntuales que puedan ser interesantes. En lo que conozco, que es el tema de la concentración económica, lo que veo es que no hay claras líneas de acción en pos de revertir el proceso. Se aplican políticas que por regla general tratan de forma igualitaria a los agricultores chicos que a los gigantes. Quizá el caso más destacado de estos años sea el impositivo. No tengo grandes objeciones a los impuestos altos a la producción de granos, el tema para mí pasa por el hecho de que a todos se les cobra lo mismo; lo que implícitamente acaba siendo en los hechos tomar partido por los grandes (por esto es que me parece muy interesante la reciente resolución que segmenta las retenciones para productores pequeños y medianos). Otro tema que tiene un retraso enorme es el de la ley de arrendamientos rurales, que fue con el paso del tiempo vaciada de contenido y hoy por hoy aporta el marco legal en el cual prosperan los concentradores.

Economías regionales están pasando una crisis, el té, los cítricos, las frutas, los vinos, a causa de la devaluación de Rusia y Brasil. ¿Cómo se puede solucionar o evitar esto en el futuro?
La salida facilista (devaluar la moneda y embromar a los que tienen ingresos en pesos) sólo le daría a esos sectores un alivio transitorio, que sería rápidamente revertido por el crecimiento de la inflación que generaría. Los caminos por los que debemos transitar, en mi opinión, son tres: por una parte, el fortalecimiento de nuestro propio mercado nacional, que evite que las economías regionales queden tan atadas a la inestabilidad de algún país determinado. Por otra, la mejora en la propia producción, generalizando experiencias exitosas de asesoramiento técnico y de gestión cooperativa por parte de los productores (lo que, de paso, colabora en lo atinente a enfrentar a la gran empresa concentrada). Finalmente, el desarrollo de la infraestructura que mejore la competitividad regional (la recuperación y replanteo del sistema ferroviario, por poner un ejemplo). 







miércoles, 8 de abril de 2015

Susana Merlo sobre graves problemas de sustentabilidad de la sojización

En ambito

Soja, camino forzado y muy costoso

Por: Susana Merlo


  Mientras por un lado se declama sobre los peligros ambientales y el impacto negativo de algunas técnicas de producción, tanto agrícolas como ganaderas, por el otro, no sólo hay un vacío cada vez mayor de datos oficiales concretos -y creíbles-, sobre el tema, sino que las propias políticas (o la ausencia de ellas) está provocando graves daños ambientales que fueron hartamente alertados. 
Uno de los ejemplos más claros de la inquietud creciente que hay sobre esto fue la multitudinaria asistencia de productores que, la semana pasada, se logró en la jornada sobremalezas "resistentes", en el INTA Oliveros, Santa Fe. Es que si bien hubo avances notables respecto del impacto ambiental, especialmente para el suelo, con la incorporación de la labranza mínima y la siembra directa a partir de los 90, y su posterior generalización en la agricultura anual, la intensificación de los cultivos fue generando distintos desfases y desequilibrios por plagas, tanto por el lado de los insectos como de malezas.

En general, las novedades en agroquímicos y en ingeniería genética fueron asistiendo a la producción; sin embargo, los resultados no siempre fueron tan exitosos. Hoy se estima que hay al menos 10 especies vegetales que son resistentes a los controles químicos y mixtos. Con los insectos ocurre algo similar.
Las causas principales a las que se le atribuye esta situación son dos: la no aplicación de la totalidad del paquete tecnológico existente y la falta de rotaciones adecuadas.

Limitaciones

En ambos casos, las limitaciones económicas que viene presentando la agricultura son la principal razón que justifica la decisión de los productores, y no tanto por el desconocimiento de la tecnología que, aunque en menor porcentaje, puede conllevar también al mal uso de algunos productos.
En esta línea, un trabajo reciente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires con ADAMA indicó que la inversión anual, sólo en controlar malezas resistentes en cultivo de soja, con una infestación de hasta un 20%, supera los u$s 1.400 millones. ¿Si la infestación es mayor? En ese caso, los técnicos reconocen que "no es posible económicamente...", aunque también destacan que se podría llegar a pérdidas productivas de hasta 17 millones de toneladas, solamente en soja con infestaciones de malezas superiores al 80% que no fueran controladas.
Pero también se sabe que desde hace tres ciclos los volúmenes aplicados de herbicidas e insecticidas (al igual que la cantidad de fertilizantes) viene disminuyendo, acompañando la continua baja que se está registrando en la rentabilidad de los cultivos, y que se agudizó especialmente en las últimas semanas.
Dejando de lado la aplicación de productos, también hay herramientas de manejo que se fueron dejando de lado en los últimos años. La falta de rotaciones entre agricultura y ganadería (pasturas y campo natural), como era tradicional, y también entre cultivos de gramíneas (trigo, maíz, sorgo, etc.) y leguminosas como el girasol y la soja, que constituían las armas con las que se cortaban los ciclos de insectos y malezas, se mantenían altos niveles de productividad, fertilidad y estructura del suelo.
El abandono de estas prácticas se produjo juntamente con un fuerte desplazamiento de la ganadería desde laCuenca del Salado y toda la Pampa Húmeda, especialmente hacia el norte del país. También un gran número de tambos fue sacrificado en aras de los cultivos, más rentables que cualquier planteo ganadero, a pesar de las retenciones que aún pesan sobre ellos, muy superiores a las ganaderas. 
El desánimo de los productores de hacienda y su corrimiento determinaron, además, un fuerte retroceso del stock que se achicó más del 20%, perdiendo unos 11-12 millones de cabezas entre 2007 y 2011. 

Falta de rotación


Así, los niveles de recaudación fiscal que esto generaba (casi u$s 80.000 millones sólo por retenciones, desde su reimplantación en 2002), el país fue sufriendo una muy fuerte descapitalización por pérdida de nutrientes no repuestos (se estima que no llega al 30% el nivel de devolución al suelo de lo que se le saca en cada campaña agrícola); aparición de especies vegetales e insectos resistentes a los controles conocidos hasta ahora; distintos daños en suelos que no toleran la agricultura continua (sin rotaciones), y un fuerte desbalance en el imprescindible equilibrio que debe haber entre cereales y oleaginosas, muy estable en otros países. De hecho, en la Argentina, las relaciones están invertidas, y en los 33-35 millones de hectáreas que se están cultivando anualmente con granos, el área de oleaginosas es abrumadoramente más alta que la de cereales, cuando otros competidores muestran exactamente lo opuesto.
Esto es lo que se fue percibiendo desde mediados de la década pasada, y que recibió el nombre de "sojización"por el abrupto avance que comenzaba a registrar la oleaginosa y que se mantiene hasta hoy, al punto que el 19%-20% de superficie que ocupaba del total del área agrícola anual hacia fines de los 80 se transformó en un 60% en el último ciclo, ocupando 20 millones de hectáreas de los 33-35 millones que se cultivan ahora.
Los productores se defienden y muestran tanto la espectacular caída de la renta agrícola que se viene produciendo como las alteraciones y restricciones extraordinarias en los mercados locales, que provocan fuertes transferencias de recursos desde la producción hacia otros eslabones de la actividad agroindustrial, o laslimitaciones para operar/exportar que impiden seguir con ciertas producciones.
El problema más grave es que, mientras tanto, las pérdidas silenciosas se suceden en uno de los sectores más competitivos que tuvo el país.


Pablo Pailolle, en Diciembre de 2014

Entrevista a Pablo Pailolle, de la corriente Chacareros Federados de la FAA (distrito 6). Realizado inmediatamente luego de las elecciones de FAA de 2014 en la que fue electo Príncipe.




martes, 7 de abril de 2015

Mientras tanto, en locolandia....

Clarín Rural, 07/04/2015

Aunque se espera una gran cosecha, el campo igual perderá plata


La consultora Carta Financiera aseguró que este año los números serán positivos solo en campos propios ubicados en la zona núcleo.

Una consultora especializada en bonos y acciones, Carta Financiera, destinó uno de sus informes a la economía agropecuaria y aseguró que, salvo en la zona núcleo, "el campo perderá dinero en 2015".

El CEO de ese estudio, Miguel Ángel Boggiano, se sorprendió de que en esta coyuntura el Gobierno no analice reducir el peso de las retenciones sobre las cuentas de los productores. "Uno esperaría que si la actividad da pérdida no la alcanzara este tipo de impuestos. Pero no es así", enfatizó.

Boggiano aseguró que los números serán positivos solo en campos propios ubicados en la mejor zona agrícola, donde los rendimientos son abundantes y la cercanía con los puertos diluye el impacto de los fletes.

Pero avisó que "la zona que sigue en importancia por su rinde a la zona núcleo es la llamada zona de segunda o segundo cordón. Esta se encuentra mayormente en Buenos Aires, y este año pierde dinero. En aún peores condiciones se encuentran el tercer cordón (sur de Córdoba, este y noreste de La Pampa) y el cuarto cordón (norte de Santa Fe, este de Santiago del Estero, sur de Tucumán, sur de Salta y este de Chaco)", enumeró.

Basándose en los datos de la revista Márgenes Agropecuarios, la consultora financiera indicó que un campo mixto de 2.000 hectáreas (70% agricultura y 30% invernada) ubicado en algún partido del oeste bonaerense (como Trenque Lauquen, Pehuajó o Carlos Casares) "perderá, antes de pagar retenciones, 100 dólares por hectárea".


sábado, 4 de abril de 2015

Martínez Dougnac en 2012 sobre retenciones segmentadas


Entrevista en el programa "Bichos de Campo", conducido por Matías Longoni (24/08/2012), a Gabriela Martínez Dougnac, subdirectora del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios de la Facultad de Cs. Económicas de la UBA.