domingo, 31 de mayo de 2015

Y de pronto aparece el conflicto obrero...

En el campo la producción es beneficiosa para todos... ¿cómo puede ser que pase esto? Inadaptados, lógicamente.


De la FIFA a la soja

La suba de las retenciones al biodiésel es un golpe en su línea de flotación

La corrupción en la Fifa ocupó las primeras planas durante toda la semana. Los portadores de esas caruchas que se viralizaron en las redes sociales habían embolsado cien millones de dólares en coimas en los últimos veinte años.
El impacto mediático fue fenomenal. Tanto que en la Argentina pasó desapercibido que esa cifra es lo que el país ha perdido en esta semana por el conflicto en la industria aceitera. 
Con el agravante de que, aun cuando ahora parece encarrilarse, ya nada será igual para la agroindustria que se había convertido en la más competitiva del planeta. Hemos vuelto veinte años para atrás. 
A fines de los años 80, los puertos argentinos eran considerados “sucios”, en manos de un Estado ineficiente, plagados de regulaciones, que conllevan siempre pagos irregulares, acuerdos bajo cuerda, patotas sindicales y otras calamidades. La desregulación y privatización portuaria generaron la posibilidad de ir limpiando la escoria.
 Llegaron las inversiones en muelles y fábricas a la vera del Paraná. Con aporte y gestión privada, se concretó el largamente postergado dragado de la hidrovía, llevando el calado primero a 23 pies, y luego a 36. Los barcos de gran porte pudieron acercarse a donde estaba la carga, el interland de Rosario.
Allí creció, de la noche a la mañana, la industria de crushing de soja más moderna y de mayor escala del mundo.
La Argentina se acercó al mundo. El costo del flete marítimo bajó sustancialmente, lo que se reflejó en la disminución de la brecha de precios entre la soja norteamericana y la pampeana. Ganamos todos, incluyendo al Estado, que se queda con uno de cada tres barcos cargados de soja o sus productos de transformación: harina, aceite, biodiesel, lecitina, glicerina.
De un plumazo, parte de esa competitividad se perdió. No es lo que costó en multas esta semana, con casi 200 barcos en espera a razón de 80.000 dólares por día, más el costo del alquiler.
Lo más grave, y difícil de cuantificar, es lo que va a costar de aquí en adelante, porque los armadores van a cargar un fee de riesgo para prevenirse de este tipo de conflictos.
Sobre todo, porque adquirió características de suma violencia, con muestras de salvajismo inéditas, como el incendio de la emblemática planta de Dreyfus en General Lagos.
Hubo conatos de agresión y amenazas peligrosas entre patotas sindicales y camioneros desesperados por la pérdida de viajes en plena cosecha.
Entre otras consecuencias, se complicó toda la cadena de pagos, Muchos productores que tenían que entregar para cobrar, y cubrir cheques diferidos, están en rojo. Los piquetes no solo impidieron la llegada de soja, maíz o sorgo a los puertos.
También impidieron que salieran los cargamentos de fertilizantes, que llegan a las mismas plantas.
Un enredo fenomenal, que amenaza el abastecimiento de aceite para el mercado interno y el flujo de divisas.
Estamos hablando del principal complejo exportador del país, con embarques por 25.000 millones de dólares anuales.
Pero no es la única tribulación del complejo soja.
El otro dislate viene de otro volantazo de la conducción oficial, que decidió subir los derechos de exportación del biodiesel.
Este biocombustible se elabora a partir del aceite de soja, un producto donde Argentina es formadora de precios a nivel mundial por ser el mayor exportador.
El biodiesel permitía retirar una parte importante de aceite del mercado, con impacto positivo en el precio de exportación del aceite. Pero la venta de biodiesel venía complicándose, y la industria estaba reclamando medidas de apoyo.
La decisión del gobierno fue en la dirección opuesta: un aumento sustancial de las retenciones, algo así como un exocet en la línea de flotación del biodiesel, la etapa superior de la soja.



miércoles, 27 de mayo de 2015

La lucha de clases en el sector agroindustrial





Entrevista a presidente de CIARA por Marcelo Longobardi

300 metros...

Quejas de productores por límites a los agroquímicos



Los productores agrícolas de Ramallo se movilizaron ayer para oponerse a la aplicación de una ordenanza municipal que pone severos límites a la utilización de agroquímicos en ese distrito. Como ya sucedió en Pergamino, se trata de otro caso testigo en una espiral de regulaciones que ya llegó a la provincia de Buenos Aires, donde no hay una legislación provincial en la materia.
En Ramallo, la ordenanza sobre agroquímicos fue aprobada en marzo por unanimidad en el Consejo Deliberante, y establece una prohibición absoluta de las fumigaciones aéreas y de la pulverización terrestre en un radio de hasta 300 metros de las zonas urbanizadas. Son los dos puntos más cuestionados por los productores, que ayer se movilizaron en buen número contra esa norma, a la que consideran “inaplicable”. La ordenanza avanza también en la prohibición de los productos ubicados en las bandas Roja, Azul y Amarilla (son las que definen el grado de toxicidad).
“Este tema viene mal manejado desde el comienzo, esto no se debería haber votado, y la legislación del partido de Ramallo, tal cual está, no existe en ninguna parte del país”, reclamó un ingeniero agrónomo ante el intendente local, Ariel Santalla, quien se comprometió a analizar la controversia y ver la posibilidad de postergar la aplicación de la ordenanza hasta 2016.
Este tipo de conflictos son cada vez más frecuentes en municipios rurales de todo el país, que ante la ausencia de legislaciones provinciales y nacionales en materia de agroquímicos dictan sus propias normativas en medio de tensiones crecientes entre los ambientalistas y las comunidades productivas.

lunes, 25 de mayo de 2015

la guerra de las semillas

Editorial de Huergo

En clave de biotecnología


Sorpresivamente, el gobierno anunció un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con la intención de dirimir una cuestión clave para el agro y, en consecuencia, para la economía nacional: la propiedad intelectual en biotecnología. Una cuestión que va mucho más allá de los intereses de una multinacional (Monsanto) que está en el ojo de la tormenta por sus múltiples (y muchas veces desafortunados) intentos por cobrar regalías por el uso de sus semillas y eventos transgénicos.
La biotecnología ha sido la clave de la aceleración de la Segunda Revolución de las Pampas. La llegada de la soja RR en1996 simplificó el cultivo, permitió avanzar sobre campos inutilizados para la agricultura por el gramón y el sorgo de Alepo. Facilitó la siembra directa, que permitió detener el proceso de degradación de los suelos provocada por el laboreo intensivo. La producción de soja se cuadruplicó en menos de veinte años: pasó de 15 a 60 millones de toneladas. Un festín en el que abrevaron todos, productores, dueños de campos, la gente de los pueblos. Y en particular el gobierno K, que desde hace ocho años se queda con uno de cada tres camiones cuando llegan al puerto.
Cualquiera imaginaría que las compañías de semillas, empezando por Monsanto, “la hicieron con pala” en este ciclo. Pero en el agro todos saben que entre el “uso propio” y la “bolsa blanca”, el negocio de crear nuevas semillas se fue deteriorando. Si ya era difícil obtener nuevas variedades con las técnicas convencionales de la genética clásica, mucho más complicado se hizo cuando llegó la hora de la biología molecular y la transgénesis.
La industria semillera, nacional, multinacional, cooperativa e incluso estatal (variedades del INTA) sufrió un severo deterioro. El uso propio se convirtió en abuso, y no por parte de los pequeños productores, sino muchas veces por grandes organizaciones. Se agudizó el flagelo de la bolsa blanca donde muchos convertían en semilla lo que compraban con destino de molienda.
Todas las alquimias ensayadas por las empresas tuvieron magros resultados. La más agresiva fue Monsanto, que se inmoló en el afán de introducir su evento Intacta, que todo el mundo reconoce como un avance importante. El controvertido mecanismo de pago de regalías al entregar la producción, una opción que tomó el 30% de los productores, se topó con la oposición de la dirigencia. El 70% adoptó Intacta pagando la tecnología al comprar la semilla.
El DNU anunciado por el propio Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, a quien acompañaron el Ministro y el secretario de Agricultura, más el delegado personal de CFK en el Ministerio, Javier Rodríguez, no conoció todavía la luz. Pero el comunicado oficial del MinAgro tiene el valor de reivindicar la importancia del reconocimiento de la propiedad intelectual. Menciona los problemas que ocasionan a la industria de semillas la bolsa blanca y el uso propio.
El propio Aníbal Fernández le dijo a las entidades de los productores, presentes en el encuentro en el que se anunció la iniciativa, que tendrían que “tomarse la sopa”, lo que en criollo significaba que el sistema propuesto iba a impulsar el pago de la tecnología.
La primera pregunta que conviene hacerse es que, tratándose de algo tan trascendente, por qué intentar resolverlo con un DNU en lugar de enviar al Congreso un proyecto de ley. Sobre todo, cuando al gobierno K le quedan apenas cuatro meses de vida, durante la cual difícilmente se logren implementar los aún ignotos mecanismos que se propondrían.
La cadena está en tensión por este tema, pero no se lo puede resolver entre gallos y medianoche. Lo que está en juego es el flujo tecnológico, que es como decir el flujo de divisas. La competitividad germina con la semilla. Conviene recordar que el problema del capitalismo no es el capital, sino la propiedad.


No reposición de nutrientes

En La Nación

Balance en rojo para los nutrientes

El último Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (Retaa) de la campaña 2012/2013, entregó resultados inquietantes sobre la nutrición de los cultivos.
La reposición del fósforo utilizado fue del 54% y en el caso del nitrógeno y del azufre del 25% y 28% respectivamente. Estos valores responden a lo ocurrido en soja, trigo, maíz y girasol utilizando un balance entre los nutrientes extraídos en el grano cosechado y los repuestos al suelo por fertilización durante el ciclo del cultivo. A la espera de los resultados del relevamiento sobre la campaña 2014/ 2015, no hay expectativas que esta situación se haya revertido por lo que el problema se seguiría agudizando.
Juan Martín Brihet, de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, explicó en el Simposio Fertilidad 2015 que el balance que realizan está influenciado por cada cultivo.
En la campaña 2012/2013 las gramíneas concentraron el 95% de los fertilizantes nitrogenados. Al maíz se le aplicó el 54% de este tipo de fertilizantes mientras que al trigo fue el 22%. En cambio, con el fósforo es la soja la que tiene la mayor aplicación con el 48%, seguido por el maíz con el 27%. El trigo y la cebada aplican cada uno el 10% del fósforo total.
El relevamiento dejó en claro que la dosis de nutrientes aplicada es baja en todos los cultivos y aún tiene un largo camino por recorrer.
Brihet destacó la concordancia que existe en la mayoría de los casos entre el nivel tecnológico y productivo de los cultivos y el manejo de los nutrientes.
Vale recordar que este relevamiento se realiza cada dos años sobre la base de 6 cultivos en 17 regiones agroecológicas .
Aunque como demuestran estos relevamientos en nuestro país se fertiliza con menores a las recomendables, el Simposio también le dedicó un espacio a su impacto ambiental y a cómo mejorar las prácticas habituales.
La doctora María Carolina Sasal compartió una presentación respecto al destino que tienen los nutrientes en el ambiente. La especialista subrayó la importancia del análisis de suelo, las aplicaciones fraccionadas y evitar las aplicaciones antes de lluvias importantes. Los datos demuestran claramente que los suelos rotados con gramíneas o con cultivos de cobertura tienen un efecto muy importante sobre la calidad de las aguas de escurrimiento del lote.


jueves, 14 de mayo de 2015

Declaraciones de Grobo, siempre tan coloridas

Grobocopatel: "Tuvimos una lindísima oportunidad de hacer multinacionales y la perdimos"


Según el responsable de Los Grobo, en 2008 Argentina perdió la ventaja que tenía sobre Brasil en gestión de empresas agropecuarias.
"Somos una empresa de soja que monetiza con soja". Con un chiste que hacía alusión a la extraña jerga de Silicon Valley, el hombre de campo Gustavo Grobocopatel se hacía perdonar hoy su participación en Red Innova, el evento que reúne esta semana en Buenos Aires a los protagonistas de la Internet y el emprendedurismo local. Dedicado a una actividad económica milenaria, el dueño de Los Grobo se enfrentaba al desafío de hablar sobre innovación después de la charla de Alec Oxenford, pionero del movimiento start-up argentino por DeRemate.com; y antes de Máximo Cavazzani, creador de la millonaria aplicación Preguntados. No defraudó. En el Buenos Aires Design, Grobocopatel entusiasmó a su audiencia con la idea de fabricar plantas a partir de cromosomas, con la posibilidad de recibir por mail el diseño de los medicamentos (para ser materializados en casa con una impresora 3D), y con la tradición creadora del campo argentino, donde"cien mil productores innovan a la vez".
- Con la revolución de las start-ups se instaló la idea de que la innovación depende de emprendedores brillantes, ¿no es así en el campo?- le preguntó Clarín.
- El emprendedor brillante es necesario porque impulsa y genera transformaciones. Tiene que haber, claro. Pero hay que tener cuidado con esa idea porque aleja al emprendedurismo de lo cotidiano y del común de la gente. Y eso no es cierto. Cualquiera puede ser emprendedor. Vos podés emprender con productos nuevos o haciendo productos viejos de distinta manera. Yo produzco soja, que tiene 5 mil años; y trigo, que tiene 4 mil. La innovación está en la forma. El emprendedurismo habita dentro de cada uno y es una fuente de vitalidad y optimismo. Debe ser popular para que transforme.
- ¿El campo tiene más presente que la innovación es colectiva?
- En el campo se dan cuestiones particulares. Los que producimos soja no competimos entre nosotros. El mercado es tan grande que no importa lo que produzca el de al lado. Vos con el de al lado compartís tus innovaciones y tus ideas. No hay patentes. Todo el mundo copia lo que hace el otro y no hay problema. Quizá en el campo, más que en ninguna otra industria, es donde mejor se demuestra que tener poder es compartirlo.
- Mencionó en su charla que Argentina fue un referente de innovación agropecuaria para los brasileños, ¿ya no?
- Sí. En el año 2008 seis de las diez mayores empresas de agronegocios de Brasil estaban gestionadas por argentinos. Por la década del 90 y por la última década, nosotros ya teníamos la experiencia de gestionar grandes extensiones agrícolas y de integrarnos a los flujos globales de capital. Había managers abundantes y mejor preparados que los brasileros. Ahora cambió eso. Desde el 2008 hubo una crisis importante en el campo que afectó a los emprendedores locales. Muchos de estos emprendedores tuvieron que arriar bandera. Tuvimos una lindísima oportunidad de hacer grandes multinacionales argentinas y la perdimos.
- ¿Por qué estaban mejor preparados los managers argentinos?
- La estructura productiva de Brasil era de explotación de tierras propias y nosotros teníamos más experiencia de trabajar sobre tierras arrendadas, que tiene un uso del capital más eficiente. Por otro lado, el campo argentino es un lugar con un nivel de emprendedurismo y juventud muy superior al del resto del mundo. Todo esto generó una sofisticación en la gestión, con incorporación masiva de software, de integraciones en las cadenas de valor, y de innovación organizativa. Todo eso hizo que fuéramos más competitivos que los brasileros, que llegaron un poco más tarde.
- ¿Cuánto pesó la mayor universalidad del sistema educativo argentino?
- Eso fue un capital humano que se hizo con el paradigma del Siglo XX. Ahora tenemos que empezar a generar un nuevo movimiento Sarmientino del Siglo XXI. En los últimos años ha habido inversión en educación y en ciencia, pero no tuvimos los resultados que esperábamos tener. Fue una inversión reparatoria y ahora hace falta transformarla en una inversión revolucionaria.

sábado, 9 de mayo de 2015

Números de la resolución 126

Matías Longoni en Clarín

Buzzi, uno de los beneficiados con los subsidios del Gobierno

El ex titular de la Federación Agraria consiguió los beneficios que había negociado su sucesor y que generaron el quiebre de la Mesa de Enlace.
Aunque fue muy crítico del acercamiento al Gobierno de la entidad que presidió durante 14 años, el ex presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, fue uno de los beneficiarios del plan de subsidios a pequeños agricultores que surgió de ese acuerdo que dinamitó la Mesa de Enlace. El dirigente, que además fue candidato fallido del massismo en Santa Fe, acaba de recibir $ 12.106,96.
Buzzi, dueño de unas pocas hectáreas en JB Molina, un pueblo santafesino, cobró menos que Omar Príncipe, actual presidente de la Federación Agraria y promotor de las sorpresivas negociaciones con el kirchnerismo. El sucesor de Buzzi recibió $ 13.351,17.
Las datos fueron publicados por la Secretaría de Comercio que dirige Augusto Costa. El organismo no reveló los nombres sino el número de CUIT. En total, recibieron la ayuda oficial, que fue presentada como una devolución de retenciones, 20.140 productores que en la campaña 2013/14, según los registros de AFIP, tuvieron una cosecha de menos de 700 toneladas de soja, maíz, trigo o girasol. En total, el Gobierno esperaba beneficiar a unos 48.000 pequeños productores, pero menos de la mitad se anotó en el programa. Tienen tiempo de hacerlo hasta fines de octubre.
En conferencia de prensa, el jueves Costa mostró los avances del programa ideado por el Gobierno para ayudar a los productores más chicos en tiempos en que los precios internacionales descendieron un promedio de 30% en apenas un año. El funcionario reconoció los problemas de ese segmento de productores para tener rentabilidad este año.
En total, contabilizando un pago que se concretaría el 15 de mayo, se aprobaron pagos (que en promedio representan unos $ 15.000) para 20.140 chacareros, que constituyen el 68% de las explotaciones pero apenas representan un 12% de la producción. Las sumas depositadas acumularon $ 319 millones. La suma total disponible para el programa es de $ 2.500 millones.
Costa además informó los avances en el programa de subsidios a los pequeños productores de leche, también a cargo de su Secretaría. Sobre un universo de 11.800 tambos, el 84% produce menos de 2.900 litros de leche por día, y por ende puede ser beneficiario de un subsidio de 30 centavos por litro durante el trimestre marzo/abril/mayo. De esos 9.900 tamberos, de acuerdo con los datos oficiales, solo se inscribieron 4.796. Recibirían los primeros pagos en los próximos días, por unos $ 33 millones.





miércoles, 6 de mayo de 2015

Malthus y Ricardo (马尔萨斯和李嘉图)

Alimentos: hay una nueva geopolitica

En foco.
El crecimiento de Asia replanteó la geografía de la producción agroalimentaria mundial y puso a América del Sur como la principal plataforma de producción de proteínas del siglo XXI. Jorge Castro en Clarín.

La irrupción de China/India/Asia en el comercio internacional ha modificado la geopolítica de la alimentación.
China crece ahora sobre la base de la demanda doméstica y el consumo individual, con un ingreso per cápita de U$S 9.800 (capacidad de compra doméstica/PPP), que se duplica cada 8 años, y que la ha convertido en el eje de la demanda alimentaria mundial.
El año pasado, China importó 120 millones de toneladas de granos (74 millones de toneladas de soja), que serían 200 millones de toneladas en 2020.
El resultado de esta innovación fundamental es que ha replanteado la geografía de la producción agroalimentaria mundial, y colocado en primer plano a América del Sur, centrada en el eje Brasil- Argentina, convertida en la principal plataforma de producción de proteínas del siglo XXI.
Lo que ocurre con China sucede en el resto de Asia. India tiene 1.200 millones de habitantes, que serán 1.700 millones en 2050 (400 millones más que la población china de entonces); y el subcontinente dispone de un sistema de lluvias –el Monzón- que es el más volátil e impredecible del mundo, con amplias regiones del Norte y el Noroeste sometidas a una sequía crónica, cuyos acuíferos tienden a agotarse. En 2050, la tierra arable alcanzaría a 0,1 hectárea/persona.
De ahí que los grandes espacios productores de alimentos –en primer lugar el Mercosur- adquieran un creciente status geopolítico, semejante al de los países petroleros en la década del ’70, cuando los dos shocks energéticos los convirtieron en protagonistas de primer plano de la política internacional.
La producción agroalimentaria se ha transformado en una actividad intensiva en conocimiento, de alto nivel tecnológico y elevada e incesante capitalización.
En ella, las ganancias (rentabilidad) no se miden más a través del rendimiento por hectárea, sino según la productividad de todos los factores (capital, trabajo, tierra e insumos), en un contexto de absoluta integración industria-agro-servicios.
Por eso es que la tendencia central ahora es la “descomoditización” de la producción (fin de lo meramente cuantitativo e indiferenciado), que ha sido el rasgo característico de la agricultura a partir de la Revolución Industrial (1780-1840).
La certificación de la producción (trazabilidad) es la primera muestra de esta innovación de fondo; y lo primero que hay que certificar es el carácter sustentable de la producción primaria (si destruye o favorece la renovación de la naturaleza).
Una nueva ventaja competitiva es el sistema de siembra directa, que recrea la riqueza de la tierra y no la destruye; y si las semillas utilizadas son resistentes al estrés hídrico y calentamiento de la atmósfera (cambio climático).
El siguiente paso es el establecimiento de marcas en la producción primaria, categoría económica de la diferenciación cualitativa. Por ejemplo, el origen espacial de la producción: Argentina/Brasil/Mercosur.
La marca significa que todos los aspectos de la actividad, incluyendo el nivel de calificación de los productores, responden a los más elevados estándares de producción de la época.
Se aproxima el establecimiento en gran escala de ISO Agrícola 9000, como exigencia ineludible para competir en el mundo.



viernes, 1 de mayo de 2015

Así no se puede vivir

De CRA

El productor agropecuario cada vez con más cargas administrativas

CRA rechaza la creación de nuevos registros para declaración de semilla utilizada y arrendamiento.
 En los últimos 10 años se han creado infinidad de registros de información para el sector agropecuario. Desde las complejas cartas de porte y el engorroso CTG, pasando por la obligación de declarar la cantidad de hectáreas sembradas, su producción, el volumen comercializado, el stock y muchos requerimientos más.
La proliferación de estos registros transformaron al empresario agropecuario en un administrativo, que debe dedicar la mayor parte de su tiempo para llenar formularios, realizar presentaciones, rectificaciones, solicitar compensaciones y demás requerimientos estatales.
Informar a la AFIP, la Ucesci, tramitar el RUCA, completar los Renspa, informar al SENASA y la Secretaría de Comercio Interior, así como a los requerimientos provinciales es tarea de casi todos los días. Todo esto se ha traducido en un incremento importante en los gastos de estructura, reduciendo la posibilidad de asignar los recursos más eficientemente a lo que el productor sabe hacer: producir.
Como si esto fuera poco, el MINAGRI está impulsando la creación de un nuevo registro donde el productor deberá declarar la superficie sembrada, cada lote del establecimiento georreferenciado, las variedades que utiliza, el origen de la semilla, la producción estimada, entre otros varios ítems más. Asimismo también se requerirán informes sobre régimen de tenencia de la tierra, tipo de contratos, y superficie arrendada y asegurada.
CRA considera fundamental la transparencia de mercados, en particular los que atañen a la comercialización de semillas. Es imprescindible respetar la ley 20.247 que da el marco para el uso de semilla legal, esto es semilla fiscalizada y uso propio y combatir la ilegalidad de la llamada “bolsa blanca”.
El Estado tiene los recursos suficientes como para hacer cumplir la ley a través de sus órganos competentes, sin necesidad de requerir más información por parte del productor. Asimismo debe permitir la constitución del directorio del INASE y hacer cumplir la resolución 80/2007 que contempla la declaración de uso propio.
Por tanto CRA rechaza la creación de nuevos registros que signifiquen más burocracia, una reiteración de lo informado con el consecuente incremento de los costos del productor.
Confederaciones Rurales Argentinas



20.000 cobrando "en tiempo y forma" (¿no son un poco pocos?)

De FAA

Ya son 20 mil los chacareros inscriptos al Programa de Estímulo a Pequeños Productores de Granos


Quienes se anotaron, están cobrando los reintegros en tiempo y forma. Hasta el 30 de octubre, hay plazo para ingresar. El mecanismo fue creado en respuesta al reclamo de FAA de tener políticas públicas diferenciadas, según la escala de cada productor.

De acuerdo a información brindada por la Secretaría de Comercio de la Nación, ya son 20 mil los chacareros que se inscribieron al Programa de Estímulo a Pequeños Productores de Granos (PEPPG). De ellos, 7.711 cobraron por primera vez el pasado 15 de abril, mientras que otros 6.191 recibieron el primer pago hoy en sus CBU. Por su parte, hubo unos 6 mil más que se anotaron en la última semana, a los que les empezarán a llegar los reintegros en forma mensual desde el 15 de mayo.
De esta forma, cerca de la mitad de los 46 mil pequeños productores habilitados para ingresar al PEPPG ya está inscripto en el programa, y está cobrando en tiempo y forma los reintegros. Cabe recordar que este mecanismo fue creado por el Ministerio de Economía de la Nación, en respuesta al reclamo de la Federación Agraria Argentina de tener políticas públicas diferenciadas, según la escala de cada productor.
En el marco de sus reivindicaciones, la FAA también viene solicitando a las autoridades que haya medidas que faciliten a los pequeños productores la comercialización del trigo, cuya próxima campaña se inicia en pocas semanas. En la misma línea, los federados reclamaron en las últimas semanas al gobierno nacional que impida a Monsanto cobrar –en acuerdo con grandes empresas exportadoras- un canon por tonelada de soja producida, mediante un esquema de “retenciones privadas”.