martes, 28 de junio de 2016

Control de Intacta por INASE

La resolución del INASE

Resolución 207/2016
Bs. As., 23/06/2016
VISTO el Expediente N° S05:0026395/2016 del Registro del MINISTERIO DE AGROINDUSTRIA, y
CONSIDERANDO:
Que mediante la Resolución N° 187 de fecha 17 de junio de 2015 del Registro del INSTITUTO NACIONAL DE SEMILLAS (INASE), organismo descentralizado en la órbita del MINISTERIO DE AGROINDUSTRIA, se implementó un sistema de información, por medio de una declaración jurada, tendiente a mejorar la capacidad de control a fin de poder diferenciar la semilla de uso propio, conforme a lo establecido por el Artículo 27 de la Ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas N° 20.247, de la semilla proveniente del mercado ilegal con el objeto de poder tomar las medidas necesarias para combatir ésta última.
Que a los efectos de un mejor control de las declaraciones juradas presentadas, resulta necesario proceder a la verificación de la semilla utilizada por los agricultores en la Campaña 2015/16.
Que esta información es de vital importancia a fin de constatar el correcto origen de la simiente utilizada y declarada por los productores, según lo establecido en la Ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas N° 20.247.
Que siendo el producto de la cosecha uno de los vehículos más apropiados para la verificación genética de la semilla utilizada que dio origen al mismo, resulta aconsejable instrumentar medidas para contar con información a partir del análisis de la producción entregada por los agricultores.
Que resulta menester la aplicación de la Resolución N° 1.075 de fecha 12 de diciembre de 1994 del Registro de la ex SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA relativa a las “Normas de Calidad, Muestreo y Metodología para los granos y subproductos”.
Que el Artículo 15 de la mencionada Ley N° 20.247 faculta a condicionar a requisitos y normas
especiales la producción, multiplicación y difusión de una semilla por razones agronómicas o de interés general.
Que en virtud del Artículo 4°, inciso d), del Decreto N° 2.817 de fecha 30 de diciembre de 1991, ratificado por la Ley N° 25.845 de Recreación del INSTITUTO NACIONAL DE SEMILLAS, el mismo está facultado a celebrar convenios con organismos públicos o entidades privadas para el mejor cumplimiento de los objetivos de la Ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas y su reglamentación.
Que la Dirección de Asuntos Jurídicos del INSTITUTO NACIONAL DE SEMILLAS ha tomado la Intervención que le compete.
Que la COMISIÓN NACIONAL DE SEMILLAS en su reunión de fecha 14 de junio de 2016, según acta N° 434 ha emitido su opinión al respecto.
Que el suscripto es competente para el dictado de la presente medida en virtud de las facultades otorgadas por el Artículo 15 y concordantes de la Ley N° 20.247.
Por ello,
EL PRESIDENTE DEL DIRECTORIO DEL INSTITUTO NACIONAL DE SEMILLAS
RESUELVE:
ARTÍCULO 1° — Para la cosecha de soja Campaña 2015/16, le serán extraídas al productor o remitente muestras de grano en el primer punto de entrega las cuales podrán ser requeridas por el INSTITUTO NACIONAL DE SEMILLAS, organismo descentralizado en la órbita del MINISTERIO DE AGROINDUSTRIA, para la verificación del cumplimiento de la Ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas N° 20.247.
ARTÍCULO 2° — Las muestras a las cuales hace referencia el Artículo 1° de la presente Resolución deberán ser tomadas cualquiera haya sido el medio de transporte y acondicionadas de acuerdo a las metodologías establecidas para la toma habitual de las muestras comerciales de granos que los operadores del comercio extraen bajo la Resolución N° 1.075 de fecha 12 de diciembre de 1994 del Registro de la ex SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA y los usos y costumbres receptados en las Reglas y Usos del comercio de granos a fin de evitar duplicaciones innecesarias.
ARTÍCULO 3° — El INSTITUTO NACIONAL DE SEMILLAS, si lo considera necesario, suscribirá convenios con entidades representativas del sector del comercio de granos para canalizar toda la operatoria necesaria para el cumplimiento de los objetivos de la presente Resolución como así también de toda la información resultante de la misma.
ARTÍCULO 4° — Los resultados de los análisis de laboratorio, la información correspondiente a la documentación que ampara el transporte de grano, como así también toda otra información referida a la muestra será de uso exclusivo por parte del INSTITUTO NACIONAL DE SEMILLAS, para la aplicación de la Ley N° 20.247.
ARTÍCULO 5° — Los infractores a la presente Resolución serán sancionados de acuerdo a lo establecido en el Artículo 38 de la Ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas. Las sanciones podrán ser publicadas conforme lo establece al Artículo 44 de dicha Ley.
ARTÍCULO 6° — La presente Resolución entrará en vigencia al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial.
ARTÍCULO 7° — Regístrese, comuníquese, publíquese, dese a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. — Ing. Agr. RAIMUNDO LAVIGNOLLE, Presidente del Directorio, Instituto Nacional de Semillas.
e. 24/06/2016 N° 44178/16 v. 24/06/2016
Fecha de publicacion: 24/06/2016

Hecha la trampa, hecha la ley

En El Enfiteuta, del 28/06/2016

“Este año tendremos una nueva ley de semillas”
El ministro aseguró que se sancionará una ley durante el anuncio acerca de la resolución del conflicto con Monsanto. Hasta ahora el Ejecutivo no envió ningún proyecto de ley ni tampoco el oficialismo cuenta con mayoría propia en ninguna de las Cámaras.
 
“Este año tendremos una nueva Ley de Semillas acordada entre todos los actores”, afirmó el Ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, el jueves de la semana pasada, cuando se anotaba un poroto al anunciar la resolución del conflicto con la empresa Monsanto y la Resolución 207.

Sobre una futura ley, Buryaile sostuvo que “significa otro importante paso para transparentar el mercado, generar condiciones claras y seguras para que los productores puedan acceder y beneficiarse de los resultados de la tecnología, y que la cadena semillera obtenga su reconocimiento por la inversión y el desarrollo realizado”, agregó.

La solución al hamacado conflicto entre la multinacional y los productores por el cobro de la regalía sobre la soja Intacta vino de la mano de la Jefatura de Gabinete de Ministros y del lobby de la Cámara de empresas Americanas, luego de que Buryaile emitiera la Resolución 147 con la que impedía el uso de análisis al grano comercializado que no estuvieran homologados por su cartera.

Con la intervención del Inase el órgano fiscalizador y aplicador de la ley de semillas actualmente vigente, nadie puede patalear. Pero la tregua durará por la campaña 2015/16, ya que según Buryaile “Este año tendremos una nueva Ley de Semillas”, y se solucionarán los problemas a fututo.

Lo que no se sabe todavía es qué proyecto respaldará el Ejecutivo o si tiene pensado enviar uno diferente a los que ya hay en el Congreso y se analizan en ronda de asesores en la comisión de Agricultura que preside Gilberto Alegre, como viene informando El Enfiteuta. 

La certeza que muestra Buryaile tampoco se sostiene con la cantidad de votos que tiene el bloque radical, su partido, ni el interbloque Cambiemos la alianza gobernante. Más allá de que en el mismo seno del PRO podría haber discrepancias si se aplican algunos conceptos como el “uso propio oneroso” al productor.

En ese sentido el mismo senador Alfredo De Ángeli -y reconocido dirigente de la Federación Agraria- se manifestó contrario desnaturalizar el sentido del “uso propio” que la actual ley 20.247 da a los productores al momento de asumir las riendas de la comisión de Agricultura en el Senado a comienzos de año. 

Desde la entidad federada, Omar Príncipe, también reconoció "el esfuerzo de Agroindustria y valoramos que se ponga en marcha el Inase”. Pero el federado advirtió “que esta ha sido una instancia más y que la disputa no terminó. Resta que Ministerio de Producción de la Nación se expida sobre el abuso de posición dominante. Ha quedado en evidencia la presión de una multinacional sobre un país”.


Una trama

en LA Nación del 27/06/2016

Los personajes y la decisión que 

ayudaron a ponerle fin a la disputa 

entre el Gobierno y Monsanto

La empresa pidió que intervengan varios actores de la cadena 
en la fase final de la negociación y, después de idas y vueltas, 
se convenció que el Inase podía hacer los controles al 
grano de soja


Por FERNANDO BERTELLO. Ricardo Valderrama (Bolsa de Cereales), Alberto Rodríguez (Ciara), Daniel Asseff (Coninagro), Fernando Rivara (Federación de Acopiadores), Alfredo Paseyro (ASA) y la cooperativa AFA. Esos nombres y/o instituciones pidió Monsanto que estén en la última mesa de negociación con el Gobierno que terminó cerrando el conflicto por los controles en los puertos de Intacta.
Según pudo reconstruir La Nación, luego que hace algo más de un mes la disputa con la multinacional parecía sin salida, cuando dijo sentirse "decepcionada" y anunció la suspensión de la incorporación de nuevas tecnologías al país, como la soja Xtend, hubo un quiebre cuando esas personas y/o instituciones se sentaron en la mesa de negociación, a solicitud de Monsanto.
"Si no estaban ellos, no nos íbamos a sentar. Ellos entendieron que había que buscar una solución que vaya más allá de una campaña", cuentan en la compañía.
Si bien la solución anunciada el jueves pasado por el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, con el Inase tomando el rol de contralor, fiscalización y sanción, en realidad apunta a resolver el problema generado en la actual campaña, hasta que sale una nueva ley de semillas, para la multinacional esos actores comprendieron que el conflicto debía solucionarse pensando más allá de este año. En la firma creen que ellos también transmitieron eso al Gobierno en las distintas conversaciones.
Lo llamativo es que Monsanto haya pedido que también participe en la negociación la cooperativa AFA, con quien tiene una disputa judicial por supuesto "uso indebido" de Intacta por una inspección en un acopio en Metán, Salta. "Para nosotros fue táctico que estén en esa mesa", señalan en la multinacional, donde por ahora igual no tienen previsto dar marcha atrás con la batalla judicial contra la cooperativa.
En Monsanto también dicen que jugó un papel relevante Jefatura de Gabinete de la Nación, en su caso a través del coordinador Gustavo Lopetegui, que participó en algunos encuentros en el punto de mayor tensión del conflicto. "Ellos lograron la racionalidad", sostienen en la empresa.
Para Monsanto, el acuerdo en la Argentina alivia también la expectativa que había en países vecinos. Sucede que en Brasil, por ejemplo, ya viene cobrando unos 300 millones de dólares por regalías y allí se miraba con especial atención, de parte de productores que pagan, la solución o no en la Argentina.
Si para la multinacional fue clave la participación de los nombres que pidió que estén en la mesa de la negociación, para el Gobierno el conflicto se encaminó cuando la misma empresa se convenció que el Inase podía implementar con sus medios el control en los puertos.
"Ellos comprendieron el mecanismo del Inase y confiaron en que va a trabajar. Antes llegábamos al punto de un acuerdo, pero se trababa en el tema de la implementación. Lo difícil fue ponerse de acuerdo en la implementación, pero se hizo detallando todo", indican en el Ministerio de Agroindustria.
En Agroindustria destacan que en lo más alto del Gobierno siempre se mandó el mensaje a Monsanto que la única mesa de negociación era la que comandaba esa cartera del campo. En este contexto, sostienen que Lopetegui fue un "facilitador" que dejó en claro que la negociación era la que hacía Agroindustria, que a su vez Buryaile terminó delegando en su jefe de Gabinete, Guillermo Bernaudo.
Fueron en total 16 las cartas que Monsanto y empresas del sector mandaron al presidente Mauricio Macri, a la vicepresidenta, Gabriela Michetti, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, haciendo saber su postura ante la disputa. Ante esas cartas Lopetegui se interiorizó por el conflicto. También el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, fue sondeado por carta por la poderosa Cámara de Comercio norteamericana desde su sede en Washington.
"Fue determinante que nunca nadie del mismo Gobierno se salió por su cuenta de la negociación", contó una fuente oficial.






Salida al mar para Bolivia

en agritotal

Solo un 15% de la soja de Bolivia se exporta desde los puertos rosarinos
Lo afirma un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario. Más del 80% de la producción sojera boliviana se exporta procesada desde Uruguay

Fuente: ussec
La producción de soja en Bolivia viene creciendo en las últimas campañas y ya supera las 3 millones de toneladas, según las estimaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés). Como es un país sin salida al mar, por el histórico conflicto con Chile, el crecimiento de su agroindustria representa una oportunidad para el complejo portuario que se concentra en el Gran Rosario.
En la actualidad, por los terminales portuarias rosarinas solo se embarca un 15% de la harina y el aceite de soja boliviano (309.000 toneladas), pero hay otras 632.000 toneladas que “bajan” por la hidrovía que conforman los ríos Paraguay – Paraná, y que sobre todo se exportan desde el puerto de Nueva Palmira en Uruguay, que podrían ser captadas por los complejos argentinos, asegura un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) que elaboraron Patricia Bergero y Julio Calzada.
Casi el total de la producción boliviana de soja se embarca procesada, la mayor parte (más del 80%) se muele en los nueve complejos de procesamiento que están radicados en Bolivia y que producen anualmente unos 2 millones de toneladas de harina y 475.000 de aceite. La capacidad instalada alcanza para moler 3 millones de toneladas por año.
La expansión de la frontera agrícola en Bolivia fue muy importante: ya cosechan 3 millones de toneladas de soja.​
Por la hidrovía se exporta casi la mitad de lo que produce el cluster sojero de Bolivia (942.000 toneladas), según las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas de Bolivia. El resto sale por el puerto de Arica (Chile), cerca del 15%, y un 35% por las terminales portuarias peruanas.
Por eso es clave captar un mayor porcentaje de una “torta sojera” que no para de crecer. “Esto dependerá de las estrategias comerciales de las industrias oleaginosas y empresas comercializadoras que operan en Argentina y en Bolivia”, indican Bergero y Calzada.
En la Argentina, el puerto “Cargill Quebracho” (con 197.000 toneladas de harina y aceite) y Terminal 6 (112.000 toneladas), los dos en Puerto General San Martín (San Martín), concentran la mayor parte de los productos sojeros de Bolivia que se exportan desde la Argentina.
Lo que viene En el futuro de la hidrovía Paraguay - Paraná es muy importante la explotación de dos yacimientos de mineral de hierro y manganeso: el del Macizo de Urucum en Brasil y el del Cerro el Mutúm en Bolivia.
“Este último yacimiento está localizado en el departamento de Santa Cruz de la Sierra. Es considerado el más importante a nivel mundial y está ubicado a sólo 27 kilómetros de Puerto Suárez, sobre el río Paraguay”, destaca el informe de la Bolsa rosarina. Tiene una reserva estimada de 40.000 millones de toneladas de hierro y 10.000 millones de toneladas de manganeso.
La construcción de la planta siderúrgica se financiará con un crédito chino que cubrirá el 85% del costo de inversión de la obra, que tiene un costo estimado en 440 millones de dólares. El objetivo es que esté lista en 30 meses y procesaría, inicialmente, 650.000 toneladas de hierro.
Un estudio realizado por técnicos argentinos, brasileños y uruguayos proyecta que hacia el 2020, en un escenario de baja expectativa, las cargas minerales podían llegar a situarse en la 20 millones de toneladas en la hidrovía, cuando estén operativos los yacimientos de Mutún y Urucum.
De concretarse esta predicción, la hidrovía duplicaría sus cargas en los próximos años con barcazas que podrían llegar hasta los puertos del Gran Rosario y otras terminales argentinas y uruguayas.
“También se espera que bajen por la hidrovía cerca de 5 millones de toneladas de granos desde el estado de Mato Grosso en Brasil, en donde se expande la frontera agrícola. Los brasileños, además, comenzarían a incentivar las cargas en el río Uruguay”, concluye la Bolsa rosarina.






lunes, 6 de junio de 2016

La autorización de la RR

Notas para el archivo: la editorial de Verbitzky sobre el expediente que aprobó la soja RR en 1996



EL ESCANDALOSO EXPEDIENTE DE LA SOJA TRANSGENICA

Verano del ’96

La soja transgénica se autorizó en sólo 81 días del verano de 1996. De 136 folios del expediente, 108 son de Monsanto, en inglés y sin traducción. Solá invocó un dictamen jurídico que aún no se había firmado. Amenazas al investigador de los efectos del glifosato sobre los embriones. Otro estudio sostiene que su fumigación exterminó a los predadores naturales del mosquito vector del dengue. Según D’Elía, en presencia de Buzzi intentaron sobornarlo para bajar las retenciones.

El expediente administrativo que fundamentó la autorización firmada en 1996 por Felipe Solá para introducir en la Argentina la soja transgénica de Monsanto resistente al herbicida glifosato tiene apenas 136 folios, de los cuales 108 pertenecen a informes presentados por la misma multinacional estadounidense. Ese trabajo está en inglés y en el apuro por llegar a una decisión predeterminada, la Secretaría de Agricultura ni siquiera dispuso su traducción al castellano. Se titula “Safety, Compositional, and Nutricional Aspects of Glyphosayte-tolerant Soybeans” y ocupa del folio 2 al 110 del expediente. Solá se apresuró a firmar la autorización apenas 81 días después de iniciado el expediente, el 25 de marzo de 1996, el mismo día en que los organismos técnicos plantearon serias dudas acerca de sus efectos sobre la salud y solicitaron informes sobre el estado de las autorizaciones en Europa. La resolución de Solá dice que intervino la Dirección General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía. Pero ese dictamen jurídico recién se firmó tres días después, el 28 de marzo. ¿Quién dijo que en verano decae la laboriosidad oficial?

Tiempo record

El subsecretario de Alimentos Félix Manuel Cirio informa el 3 de enero de 1996 al presidente del Instituto Argentino de Sanidad y Calidad Vegetal (Iascav), Carlos Lehmacher, que le envía los documentos que Monsanto presentó a la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) en Estados Unidos, “para que inicie las tareas de análisis y evaluación de dicho material en lo concerniente a Bioseguridad para consumo humano y/o animal”. No hay en el expediente tal análisis ni evaluación, sólo requerimientos de información, que Monsanto no respondió. Sin embargo el 12 de enero el Iascav comunicó a Monsanto que consideraba la posible introducción en el mercado de la soja resistente al glifosato (folio 111). El 26 de enero, el Director de Calidad Vegetal del Iascav, ingeniero agrónomo Juan Carlos Batista agregó en otra nota a Monsanto que sería importante conocer la contestación de la empresa a las observaciones de la agencia estadounidense de drogas y alimentos, FDA (folio 113). Ante la falta de respuesta, Batista insistió el 9 de febrero: “De persistir interés por la prosecución del trámite, agradeceré nos remita lo solicitado” (folio 115). No era falta de interés sino de preocupación por el procedimiento administrativo que estaba asegurado en la más alta instancia. De allí el expediente salta al 25 de marzo con la firma de la resolución 167 de Solá, quien no necesitó ni tres meses para llegar a una decisión trascendente para la economía y la salud pública.

“Efectos no deseados”

El apuro se intensificó en los últimos días: se violaron los procedimientos administrativos vigentes, se dejaron sin respuesta serios cuestionamientos de instancias técnicas y no se realizaron los análisis solicitados. El 25 de marzo, el Coordinador del Area de Productos Agroindustriales del Iascav, Ingeniero Agrónomo Julio Pedro Eliseix, dirigió la nota PRAI 113/96 a su colega director de Calidad Vegetal del Iascav, Juan Carlos Batista. Le comunicó que antes de seguir con la evaluación del producto presentado por Monsanto era necesario establecer ciertos criterios de evaluación para organismos modificados genéticamente (OMG), en términos de Identidad y Nutrición y acerca de la “aparición de efectos no deseados”, como “alergenicidad, cancerogénesis y otras toxicidades”. También recomendó que la empresa garantizara “un correcto rastreo y recupero de la mercadería”, para poder rastrearla y recuperarla en caso de problemas. El mismo día, Batista pidió informes sobre la posibilidad de que Europa declarara la inocuidad de la soja transgénica como alimento y autorizara su importación. Estos pasos quedaron sin respuesta ya que ese mismo día Solá autorizó en apenas 24 líneas que constan en el folio 135 del expediente, “la producción y comercialización de la semilla y de los productos y subproductos derivados de ésta, provenientes de la soja tolerante al herbicida glifosato”. Pero la Dirección de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía recién dictaminó que Solá tenía facultades para suscribir ese acto administrativo el 28 de marzo, pese a lo cual el expediente le asignó dolosamente el folio 134. Es decir que el entonces secretario de Agricultura, Pesca y Alimentación concedió la autorización tres días antes de contar con el visto bueno de su asesor jurídico y sin esperar respuesta a las observaciones de peligro de sus técnicos. También después de la firma de Solá, el mismo 28 de marzo, la presidente del Instituto Nacional de Semillas, Adelaida Harries, informa que la soja resistente al glifosato cumple con los requisitos de inscripción en el Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares. En el folio 140 del expediente consta un documento que debería haberlo iniciado. Una semana después de concedida la autorización, el ingeniero Batista envía al presidente del Iascav un escrito sin membrete, firma ni identificación del autor titulado “Organismos modificados genéticamente. Consideraciones para su Evaluación”. Dice que influirán en la calidad de vida de las próximas generaciones y que “este avance en caminos aún desconocidos, obliga a que sean desandados con prudencia”. Sus productos “deberían ser pasibles de estudios que garanticen no sólo los aspectos de impacto medioambientales y nutricionales sino, fundamentalmente, los referentes a seguridad e inocuidad”. Entre esos estudios menciona “absorción, distribución y biotransformación de sustancias químicas ‘in vivo’ o ‘in vitro’, ensayos experimentales de toxicidad en animales, de corto, mediano y/o largo plazo”, nada de lo cual se hizo aquí. Estas gravísimas irregularidades deberían acarrear la nulidad de la resolución como acto lícito, arrojan tardía luz acerca del vicio de origen de la mayor transformación económico-social y política producida en el país en las últimas décadas y explican que Solá sea uno de los portavoces del bloque agrario que ahora intenta subordinar a sus intereses al conjunto de la sociedad argentina.

Amenazas a un científico

Algunos de esos estudios recién se están haciendo ahora. Según el que realizó el investigador Andrés Carrasco, reproducido aquí hace dos semanas por el periodista Darío Aranda, el glifosato en dosis muy inferiores a las que se emplean en la agricultura produce gravísimas alteraciones embrionarias. El doctor en medicina Carrasco, de 63 años, trabaja desde hace casi treinta en desarrollo embrionario, fue presidente del Conicet y es Subsecretario De Innovación Científica y Tecnológica del Ministerio de Defensa. Realizó el experimento en su laboratorio de embriología molecular, con sede en el Instituto de Biología Celular y Neurociencias de la Facultad de Medicina, en la Universidad Nacional de Buenos Aires. La difusión de su estudio dio lugar a virulentas reacciones del lobby agromediático. Comenzó con una nota en Clarín de Matías Longoni, uno de los principales colaboradores del ex director del INTA y lobbysta sojero Héctor Huergo en el suplemento Clarín Rural, quien lo descalificó como “un supuesto estudio científico”. Siguió con una nota en La Nación, sobre un “estudio de supuesta validez científica”. Clarín está asociado con La Nación en la feria anual Expoagro, en torno de la cual se realizan cada año negocios por no menos de 300 millones de dólares vinculados con los productos transgénicos y sus encadenamientos económicos. A mediados de esta semana Carrasco fue víctima de un acto intimidatorio en la propia Facultad de Medicina, donde cuatro hombres llegaron hasta su laboratorio e increparon a una colaboradora de Carrasco. Dos de ellos, que parecían “muy nerviosos y exaltados”, se presentaron como miembros de la Cámara de la Industria de Fertilizantes y Agroquímicos y se negaron a dar sus nombres. Los otros dos dijeron ser abogado y escribano. En ausencia de Carrasco interrogaron a la investigadora y exigieron ver “los informes, los experimentos”, para lo que carecían de cualquier título. Dejaron una tarjeta del estudio Basílico, Santurio & Andrada a nombre del abogado Alejandro Felipe Noël. El decano de la Facultad de Medicina se solidarizó con Carrasco y le ofreció el asesoramiento del área jurídica de la facultad. Cuando desde la facultad llamaron al estudio para verificar la existencia del abogado recibieron la respuesta de que no estaba. Carrasco no oculta su indignación por la presencia amenazante de estas personas, que “no tienen derecho a hacer interrogatorios en un ámbito académico. Trataron de convertir en delito la difusión de mi trabajo, con una virulencia y agresividad enormes”. Por la noche encontró en el contestador de su teléfono insultos a “este señor que no quiere mostrar el informe”. Carrasco explica: “Si yo sé algo no me voy a callar la boca. En todo caso pongo en juego mi prestigio entre mis pares. Si lo que digo es falso, yo resultaré perjudicado, si es verdad, compartamos los beneficios de saber”. El 16 de abril esa cámara (Ciafa) y la de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) dijeron en una declaración conjunta que para el Senasa el principio activo glifosato en su uso normal está dentro del grupo de activos de menor riesgo toxicológico y se lo utiliza con éxito en todo el mundo. Aprobado por los organismos de protección ambiental de Estados Unidos y Europa, se comercializa en más de 140 países. Agregan que no presenta efectos nocivos sobre la fauna, la microfauna ni la salud humana, ni tiene efectos inaceptables para el ambiente.

Todos nos beneficiamos

El dirigente de la Federación de Tierra y Vivienda Luis D’Elía dijo a este diario que durante una reunión propiciada por el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, Huergo le sugirió que recibiría beneficios económicos si colaboraba con la reducción de las retenciones a la exportación de la soja de laboratorio. El diálogo ocurrió en noviembre de 2007, cuando el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner elevó la alícuota del 27 al 35 por ciento, es decir varios meses antes de que la presidente CFK y el ministro de Economía Martín Loustau implantaran las retenciones móviles. D’Elía dice que el encuentro se produjo cuando él había renunciado a la Comisión Nacional de Tierras y su relación con el gobierno nacional parecía quebrada, a raíz de sus declaraciones sobre el conflicto en Medio Oriente. Buzzi, con quien en 2001 había formado parte del Frente Nacional contra la Pobreza (Frenapo), le pidió que lo acompañara a una entrevista en los estudios de Canal Rural, con el ingeniero Huergo, y luego los tres fueron a desayunar. Buzzi le dijo que Huergo era “un fenómeno” y que podía ayudarlos a financiar toda la actividad a favor de las reivindicaciones de la Federación. Esos reclamos que D’Elía apoyaba, contra la concentración y la extranjerización de la tierra y a favor de una nueva ley de arrendamientos, no aparecieron en la conversación. “Me fui dando cuenta de que el punto principal que planteaban era la rebaja de las retenciones a la soja. Querían el apoyo de los movimientos sociales para eso”, dice D’Elía. Agrega que Huergo le guiñó un ojo mientras le decía: “Hay que defender la soja y con la soja tenemos que ganar todos, ¿me entiende?”. D’Elía concluye: “creyeron que como estaba mal con el gobierno me sumaría. Pero conmigo se equivocaron”.

La soja y el dengue

Un trabajo reciente del ingeniero agrónomo Alberto Lapolla vincula la epidemia de dengue con la sojización. Desde hace años se advierte una invasión de mosquitos de las especies Aedes y Culex en lugares del país y épocas del año inhabituales, como la pampa húmeda mucho más allá del verano. En 2008, la invasión se extendió hasta mayo, pese al descenso de la temperatura. Ya en 2007 y 2008 hubo casos de fiebre amarilla en Bolivia, Paraguay, Brasil y el Norte argentino, que entonces se adjudicaron a viajeros, porque es confortable pensar que el mal siempre viene de afuera. Con la epidemia de dengue de este año se hizo evidente que la invasión incluía al temible Aedes aegypti, vector de la fiebre amarilla y el dengue. El estudio de Lapolla señala la equivalencia del mapa de la invasión mosquitera con el de la República Unida de la Soja, según la definición de la multinacional Syngenta: Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay, donde el poroto transgénico de Monsanto se fumiga con el herbicida glifosato, y sus compañeros de ruta, 2-4-D, Atrazina, Endosulfán, Paraquat, Diquat y Clorpirifós. Todos los venenos mencionados “matan peces y anfibios, sapos, ranas, escuerzos, etc., es decir los predadores naturales de los mosquitos, de los que se alimentan tanto en su estado larval como de adultos”. Esto se comprueba en “la casi desaparición de la población de anfibios en la pradera pampeana y en sus cursos de agua principales, ríos, arroyos, lagunas y bosques en galería, así como el elevado número de peces que aparecen muertos o con deformaciones físicas y graves afectaciones en su capacidad reproductiva”, como han informado reiterados estudios e investigaciones. A esto debe sumarse la deforestación en las áreas boscosas y de monte del Noreste y el Noroeste, que destruyó su equilibrio ambiental, “liquidando el refugio y hábitat natural de otros predadores de los mosquitos, lo cual permite el aumento descontrolado de su población”. Hace dos semanas visitó la Argentina la periodista francesa Marie-Monique Robin para la presentación de su libro El mundo según Monsanto, recién traducido al castellano. La ministra de Salud Graciela Ocaña la invitó a conversar, pero no pudo asistir a la cita porque fue llamada desde la presidencia por la irrupción de la epidemia de dengue. En su lugar, la audiencia se realizó con el secretario de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias, Licenciado Alberto Hernández. “Fue muy simpático y amable, pero no tenía la menor idea del tema. Al punto que me preguntó por qué había tantas fumigaciones”, fue el azorado comentario de la investigadora.